Música y confinamiento – por Montse Delgado

En este tiempo de confinamiento he vuelto locos a mis vecinos. No sabían si era joven o mayor, si me gustaba la música clásica, la retro, o el más puro house. Pero debo decir que la música ha formado una parte importante de estos días. Sería difícil escribir sobre todas y cada una de ellas, faltarían páginas y sobrarían motivos para descifrar lo que cada una significa para mí personalmente. Lo que sí diré es que sobre las que escriba, me motivan todas y cada una de ellas de diferente manera y en todas ellas, mantengo un recuerdo, una sensación y una emoción diferente.

Durante muchos días tuve en mí cabeza una canción que me años atrás me había motivado mucho, sin embargo, no había manera de que me viniera a la mente el nombre del autor, y el recuerdo que tenía era el de un violín, que mezclado con el “house” formaba la combinación perfecta. Siempre hablando en título personal.

Una noche, de repente… lo recordé y desde ese día, no tan sólo escucho esa canción, sino que además disfruto con el sabor cubano de ese violín manejado por Julio Muñoz o Julio Cuba como nombre artístico. Gracias Julio.

Del “house” y del sonido cubano, nos marchamos a mí queridísimo Sting. Sting, me proporciona bienestar, tranquilidad y me trae al recuerdo aromas de campos dorados de un pasado quizás no tan lejano, pero al suceder tantas cosas inesperadas en el transcurso de los años, tengo la sensación que esos recuerdos forman parte de un antaño lejano que ha ido forjando una amistad sólida, consolidada y llena de complicidad. Y es justo esta canción, que durante este confinamiento me ha permitido sentirme más cerca de esa amistad a la que tanto y tanto echo de menos.

 

Sin tener nada que ver las una con las otras, expresaré que la siguiente canción me ha inspirado a escribir y a poner un proyecto en marcha, qué, tengo la fe de que va a ser un gran éxito. Sí tengo que ser del todo sincera, diré que esta canción la descubrí recién entrados en el confinamiento y que me ha convertido en adicta de dicha balada. Es una canción que se escucha desde dentro y te expulsa de golpe toda la inquietud que puedas sentir a causa de la clausura obligada y necesaria. El video clip es brutal y dice mucho de sí.

 

La mayoría nos hemos puesto a cocinar casi como nunca habíamos hecho con anterioridad, mis canciones de culto para ese momento, ha sido una playlist que me había elaborado de música en nuestro idioma de los 60-70 y 80’s, pasando por Raphael, José Luis Perales, Las Grecas, Mari Trini, Mocedades, Roberto Carlos, Rocío Jurado, Duncan Dhú, Los Sirex, Camilo Sesto, Tony Ronald y muchos más, por lo que escogeré una entre todas, una que la cantaba a pleno pulmón cuando sonaba entre cacerolas y sofritos y que sin entender muy bien el porqué, me siento identificada con ella, quizás sea por los muchachos del barrio le llamaban loca.

 

No importa el género; rock o clásico, ópera o heavy, la música se define por lo que te aporta en cada nota y sí de algo estoy segura, es que en todos y cada uno de nosotros, hay una canción que nos sugiere algo. Da igual que no entendamos el idioma en el que está cantada, porque sí le quitamos  la voz, la música es el idioma universal por defecto.

Este artículo se convertiría en interminable si tuviera que agradecer uno por uno a todos los autores, pero terminaré agradeciendo en general a todos los que transmiten su arte a través de la música.

He escogido tan sólo cuatro estilos diferentes de los que voy escuchando durante este tiempo, cuatro maneras de sentir e interpretar lo que cada una de ellas me dice personalmente.

Espero que las disfrutéis deseando que esto termine pronto para poder bailar de nuevo, muy y muy juntos.

Montse Delgado

 

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