A través de A Contracorriente, nos llega Cartas a Roxanne, donde el realizador Alexis Michalik nos muestra como el dramaturgo de finales del XIX, Edmond Rostand, acabó creando el gran clásico del teatro francés, Cyrano de Bergerac. Curiosamente hay que apuntar que el título original de esta obra es Edmond, estrenada luego en Estados Unidos como Cyrano, my love, y llegando a nuestras salas como Cartas a Roxanne, lo cual ya la hace entretenida en tanto que el espectador acabe decidiendo el título que más le guste.
Para lograr creatividad, no hay nada como apretar al creador, y en este caso, a Rostand le apretó casi todo aquel que le rodeaba en su vida, para así seguir en la dura tarea de acabar una obra literaria. El grupo de allegados que ¾según Michalik¾ agobió lo suficiente a Rostand para que siguiera en ello, estaría encabezado por el famoso actor de la época y que finalmente acabaría encarnando al primer narigudo poeta, Constant Coquelin (interpretado por el siempre seguro Olivier Gourmet). La presión de Rostand ya venía de antes, no tan solo de la obra en cuestión: acababa de estrenar una pieza menor con la mismísima Sarah Bernhardt, y decir menor es poco, ya que el estrepitoso fracaso fue unánime, no ya por la obra en sí, sino por la previsualización de un cambio de era que asomaba en las tablas francesas. Al mismo tiempo, la relación con su mujer se vería alterada por el eterno conflicto del artista y sus fantasmas, lo cual hizo que ella se volcase con el bando de las dificultades, presionando más al protagonista con dicha obra.
Con todo, Michalik nos llevará de la mano del creador de Cyrano, para ver como una obra de teatro se gesta tal que una enorme melodía desde su primera nota. Y para ello, trazará una contrarreloj donde la obra no deberá de estar acabada en un tiempo límite sobre el papel, sino que deberá estarlo sobre el escenario. A partir de aquí, empezará un logrado engranaje tanto en su guion como en el ritmo que lo empuja todo, como si en una fábrica de montaje se tratara. Uno se irá dejando llevar y se dejará seducir, sabiendo que todo va a tener que culminar en el escenario de los clásicos universales. Por el camino, nos encontraremos con algunos personajes clásicos como Chejov, y con ellos conversaremos de la vida, tal y como hizo aquel Owen Wilson de Midnight in Paris (2011), al que Woody Allen dejó volar en el tiempo. Aquí, Alexis Michalik nos demuestra que viene del mundo del teatro, dejándonos trastear por los escenarios en los que, a medida que avanza la historia, no haremos más que ansiar ese culmen de ver la poesía rimando con la narizota, ambas del gran Cyrano. Es cierto que todo nos recordará a los andamios de aquel Shakespeare in love (1998) en el que otro autor eterno lidiaba con su propia obra, pero igualmente acabaremos enamorados como el público que lo disfrutó y disfrutará siempre de todos aquellos Cyranos a los que esta cinta homenajea.
Rafa catalán
A Contracorriente Films estrena Cartas a Roxanne este viernes 15 de mayo en www.salavirtualdecine.com y en las plataformas digitales: Movistar+, Vodafone, Rakuten TV, Apple TV y Google Play.