Docs Barcelona es otro de los festivales que apuestan por seguir adelante con su programación y adaptando a la actual situación. Tras el D’A, Docs Barcelona 2020 se puede disfrutar a través de Filmin.
Consultar programación: https://docsbarcelona.com/
El 19 de mayo se inauguró esta edición del festival con el documental «Letter from Masanjia» de Leon Lee. Es un documental duro y crudo aunque a veces roza el morbo. Sin embargo, la dura historia de este exiliado chino es escalofriante. Su carta de auxilio y exposición de las condiciones tremendas que vivió cuando era prisionero ponen los pelos de punta. El documental se hizo clandestinamente y grabado por el propio prisionero y un amigo, pero nunca sabemos nada del dinero para el material y de lo que viven estas personas en estas condiciones tan duras. Con todo, es un retrato tremendo y que hay que dar a conocer porque los Derechos Humanos deben ser válidos para todos.
Docs&Teens
Maravillosos los documentales enfocados al público adolescente que ya estaban disponibles desde el 18 de mayo en Fimin.
«OUT» de Denis Parrot. Impresionante documental grabado por los propios protagonistas. Tierno, duro, real y algunas veces cruel. Los chicos y chicas salen del armario grabando ese momento cuando lo hacen público y frente a sus padres. Emocionante y recomendable.
«Me llamo Violeta» Marc Parramon i David Fernández de Castro. Este documental aún no está disponible por lo que las ganas de verlo siguen estando.
«Lo que dirán» de Nila Núñez. Increíble e interesantísimo documental sobre dos adolescentes catalanas e hijas de padres migrantes y musulmanes. El documental que sigue a dos chicas, una con velo y otra sin él, hablan de su visión como adolescentes de un instituto de Barcelona que se mueven entre la tradición y cultura de sus padres y la cultura de donde viven y crecen: Barcelona. Tierno, reflexivo y muy cuidado. También se ven todos los y las jóvenes catalanas “no blancos” o “no mediterráneos”. Interesantísimo retrato de estas dos chicas con respecto a vivir en dos culturas (en casa, en el instituto y en la calle) y retratos de las segundas generaciones.
«Silvana» de Mika Gustafson, Olivia Kastebring i Christina Tsiobanelis. “Gracias a Dios porque soy homosexual” es uno de los gritos de Silvana, dirigido por Mika Gustafson, Olivia Kastebring y Christina Tsiobanelis. Este documental es una propuesta atrevida, fresca y muy generacional. Las tres directoras, que rondan los treinta años, dirigen este retrato sobre una famosa rapera lesbiana, feminista y antifascista. El documental retrata el crecimiento de Silvana como mujer, activista, lesbiana, artista y persona. De rapera underground hasta convertirse en una de las artistas más seguidas de Escandinavia. La película está entre lo Chic y los reivindicativo. Sin embargo, el mensaje de tolerancia, de valores feministas, antirracistas y de empoderamiento le dan la fuerza para considerar que es un personaje muy interesante que influye a miles de jóvenes. Su relación con otra cantante famosa la lanza a ser más visible ante el público y el documental trata con delicadeza su historia de amor.
La película de las tres directoras es toda una pieza musical potente y ruidosa, así son los primeros minutos. Silvana es una joven radical, inconforme, ruidosa y directa que va evolucionando y afinando su comportamiento a lo largo del metraje. La artista pasa de no creer en el amor a enamorarse. Pasa del mundo underground a llenar conciertos. Incluso recibe ese éxito con cierto pánico, que la hace tomarse un pausa. Cuando resurge de su punto de inflexión, es otra mujer que sigue rapeando pero que da más fuerza al mensaje que quiere transmitir. Las imágenes de sus conciertos y su público son emocionantes e impactantes. Quizás, a la película le ha faltado profundizar más en la vivencia más personal de la protagonista, en esa pausa, ese bajón personal y profesional y más humano, para comprender esa digestión de su éxito. Silvana parecía un hit escandaloso pero su convicción de empoderar a la juventud, retratar su generación y, especial, enorgullecer al colectivo LGBTIQ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Intersexuales y Queer), la hace digna de representar una generación y transmitir los mejores valores de tolerancia.