Esta edición se inaugura con una gran película, «Free Country» de Christian Alvart que es el remake alemán de la película española “La Isla Mínima”. Ambientada en 1992 en la antigua RDA, tras su desaparición después de la caída del muro de Berlín. La historia y casi los personajes son exactamente los mismos, dos policías investigan la desaparición de dos chicas y abren todo un caso de crímenes y engaño contra jóvenes de un pueblo del este de Alemania. Un poli bueno y otro malo, uno del nuevo régimen (“el que absorbe al otro”) y otro del antiguo. Quizás es la parte más maniquea de la historia pero ofrece muchos matices en los dos, que representan las dos Alemanias. Lo que nos muestra también es todo el desmantelamiento de la industria y la economía de la antigua RDA y la imposición sin paliativos de la Alemania Federal y el modelo capitalista. Lo que lleva consigo una desprotección total de la población, una cronificación a la larga de la pobreza y una exclusión de toda esta zona. Jóvenes marchan hacia Berlín o hacia la parte occidental tras la reunificación. Pese a la obsesión de poner personajes-caricaturas del antiguo país socialista, se agradecen los matices que se hacen también de los personajes, la Alemania occidentales y de lo mal que se hizo la reunificación. La versión original, la española, no tienen nada que envidiar, de hecho es mucho pero la película alemana también muestra impresionantes paisajes, una planificación y fotografía muy cuidada. La ambientación y la localización es también bastante desoladora, siempre con la intención de contar la historia desde el modelo ganador, con lo bueno y lo malo.
«Alfonso Mofletines. Cuenta atrás para el caos» de Mark Schlichter pertenece a la sección Juvenil de este festival. Es una historia pensada para los y las más jóvenes, sin embargo, se disfruta también como adulto. Un niño quiere ser astronauta y nadie lo comprende, porque no es bueno en su colegio, no es popular y siempre se mete en líos. Sin embargo, tiene unas habilidades de las que pocos se dan cuenta. Nos habla de aceptar a las personas con sus peculiaridades, de los sueños, le aceptación, la amistad y nos hace pensar si el modelo educativo actual ya está caduco. Hay niños y niñas que tienen habilidades y creatividad que no se desarrollan en un modelo educativo actual al que no se adapta. Hay que tener en cuenta que es una especie de cuento tierno y divertido (a la alemana) pero que nos ofrece debates y reflexiones que nos pueden hacer mejores personas.
Puedes ver la programación aquí: http://cine-aleman.com/
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