No es gratuito que Josh Edwards se haga llamar Blanco White: su alma compositiva pertenece al mundo anglosajón, pero también al de habla hispana. Criado entre el oeste de Londres y las Montañas Negras de Gales, a los 10 años viajó con su familia por América Latina, visitando Méjico, Costa Rica y Perú, y la huella aún permanece. On the Other Side, su esperado álbum de debut publicado el pasado viernes 5 de junio, desde Yucatán Records, es la prueba de ello.
La fascinación de Edwards por la cultura hispanoamericana le llevó a estudiar castellano, y sus pasos pronto le dirigieron a Cádiz, donde aprendió a tocar la guitarra flamenca. Más tarde a Bolivia, a La Paz y a Sucre, sumergiéndose en la cultura andina y en el uso del charango (una pequeña guitarra de 10 cuerdas y forma de cuenco).
Pero el mágico mundo de Blanco White no acaba ahí. Sus canciones son hechizos que no entienden de fronteras: un puente de unión que solo el folk de corazón es capaz de erigir, empequeñeciendo cualquier mapa y acercando sus puntas más distantes. Más allá de su irrenunciable impronta andina, Edwards ha encontrado inspiración en el universo musical del sur de nuestro país, como la homónima ‘On the Other Side‘ y ‘Mano a mano‘ (cantada en castellano), compuestas en Tarifa; pero también en la música somalí de los 70-80 para ‘Samara‘ o en bandas del Sahara como Tinariwen para ‘Desert Days‘, basada en el relato Los dos reyes y los dos laberintos del escritor argentino Jorge Luis Borges.
Entra en el fascinante mundo de Blanco White y no querrás irte. Dale la mano a su voz profunda, tranquila y cristalina, déjate llevar y viaja con él. El único requisito es tener el pasaporte en regla.