De la mano de A Contracorriente, nos llega una de las películas a competición del último BCN Film Fest, De Gaulle. Como su nombre indica, esta cinta francesa dirigida por Gabriel Le Bomin, trata la figura del general Charles de Gaulle y narra los momentos en los que sus decisiones y su intervención en la Segunda Guerra Mundial fueron decisivos para Francia. Para ello, se destaca por encima de todo la perseverancia y la fe que tuvo el general para seguir con la participación de su país en la contienda y su defensa ante el armisticio y la derrota.
El film puede recordar a El instante más oscuro (2017), y quien encarna a De Gaulle, el ya veterano Lambert Wilson, a quien hizo lo propio con Churchill, Gary Oldman. Esto es por su por su tratamiento a la hora de radiografiar la vida personal del mandatario a la vez que enmarca los acontecimientos que pasaron a la historia. Todo ello se logra gracias a un ritmo firme que aporta información sobre la vida personal y política sin abusar de excesivos datos. La banda sonora, además, peina muy bien el relato: no amplifica al personaje ni lo entristece ni tampoco lo deja ambiguo con tonos graves, De Gaulle acaba dibujado como un hombre de familia por encima del líder, a la vez que la fotografía es impecable ya que desaparece ante el espectador, una vez lo ha metido en su atmósfera.
Lo mejor es Lambert Wilson quien, repito, es a De Gaulle lo que Gary Oldman fue a Churchill; el parecido inicial es básico pero la transmisión que consigue es gracias a esa interpretación sobria y basada en hacer desaparecer al actor para que simplemente aflore el personaje. Algún secundario llama la atención por parecerse más a Le Pen que al Churchill que interpreta, pero en general, De Gaulle es un documento correcto a cerca de una figura que, sin ser llegar a ser un héroe, fue básica para Francia y la Segunda Guerra Mundial.