Derby Motoreta’s Burrito Kachimba en Nits del Primavera

Crónica por Sara Martínez

Desde el pasado viernes 14 de agosto puedo afirmar con propiedad que bajo el nombre Derby Motoreta’s Burrito Kachimba están seis de los actuales portentos de la escena musical española, y eso que apenas cuentan con dos años de trayectoria. Uno de los últimos directos de la banda durante este virulento verano comenzó con fuerza y recorrió todas las sendas que habían mostrado su único álbum (publicado en El Segell, 2019), empezando por los temas más populares como The New Gizz o el recién sacado El Valle.

A partir de ahí y una vez puestos en situación, los demás temas iban sonando con una fluidez increíble, que hizo que los espacios entre canción y canción apenas se notaran. Una sensación de pista eterna gracias a pedales, sintetizadores, y otros elementos y efectos de los que desconozco el nombre pero agradezco su existencia y la manera de ejecutarlos que tienen DMBK. Uno de los momentos culminantes tuvo lugar en el ecuador del concierto, cuando la banda tocó su pista más duradera, Samrkanda, llevándola al extremo y alargándola para hacerla prácticamente inacabable, mientras Dandy Piranha y el público entraban en una especie de éxtasis conjunto, con la única diferencia de que no podíamos movernos ni revolcarnos por el suelo como hizo él, y creedme; era dificilísimo resistirse a saltar las vallas y controles e ir delante del escenario.

Después de Aliento de Dragón se produjo un cambio de registro hacia sonidos más y voces más sentidas. Obviamente la banda optó por el indistinguible homenaje a Camarón que se habían marcado con el sencillo Nana del Viejo Mundo, del que con vigor y sentimiento escuchamos Nana del Caballo Grande, que mereció una interpretación en exclusiva de Dandy y Bacca, uno de los dos guitarras de la agrupación, y terminó mientras los demás músicos entraban para entrelazarla con Somnium Igni Pt. 1.

La propuesta para esa noche de las Nits del Fòrum parecía que iba a acabar. Los músicos se van, las luces se apagan y dejan un ruido que mantiene al público expectante e inquieto ¿acaso sólo iba a durar una hora justa como otros que habíamos visto? No. Vuelven a salir con Aliento de Dragón, marca del estilo propio y propuesta completa que tanto queríamos escuchar, tanto éxito tiene y que les hace ser una de las sensaciones del momento. Con El Salto del Gitano y apenas un segundo de silencio, el fin de la noche llegó.

La primera vez que suena DMBK sorprende y fascina, consiguen crear una reminiscencia que muchos casos no es propiamente nuestra, pero a la vez alcanzar no hacerte olvidar que es actualidad, que están aquí y ahora y no es un disco que te has puesto de un grupo al que nunca podrás ver, es mucho mejor.

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