Hoy 4 de septiembre nos llega la segunda temporada de una gamberrada llamada TheBoys, que deja a artefactos como aquel Suicide Squad de 2016 a la altura del barro. Aquellos a los que decepcionó la chorrada de David Ayer, esperando algo mínimamente rompedor respecto a la ficción de los superhéroes, que entren por favor en el universo de TheBoys. Desde su inicio, disfrutarán como gorrinos en el barro ante un desfile de tópicos y contra tópicos con los que acabarán aplaudiendo en el sofá su irreverencia y, de paso, verán algo de esta nuestra era Trump.
Ni en la Marvel, ni en la DC, TheBoys nació en la Wildstorm en 2006, y de ahí pasó en 2019 a televisión de la mano de Amazon Prime Video. Su primera temporada está disponible en la citada plataforma, y este 4 de agosto vimos el tráiler más largo de la segunda temporada. Los tres primeros episodios de su esperada temporada 2 (frotémonos las manos: también hay una tercera) nos llegan el 4 de este mes en Amazon.
Se recomienda ver en versión original, ya no sólo para meterse más en la trama a través de las interpretaciones, sino para notar las coñas entre estadounidenses y británicos cuya guinda está en el neozelandés Karl Urban, que aquí hace de british bastardo, y digo bastardo porque su personaje parece inspirado en el Aldo Ray de aquella cinta de Tarantino con título similar, y de ahí ―estad atentos― al parecido acting que hace (siempre) Urban con el de Brad Pitt.
En una sociedad sin ídolos ni dioses, sin referente alguno, tan solo con un liberalismo individual del que los mismos superhéroes se han quedado prendados, estos lo ponen en práctica abusando a placer del resto de mortales. Todo ello con sorna e iconoclastia y ―ojo al dato― con toques de gore, cosa que ya anuncia en el primer minuto de su episodio piloto. Cada capítulo aprieta la trama de forma que nos clava en el sofá pero, a la vez, cada capítulo suelta una burrada con la que nos hace levantarnos y decir “¿¿WTF??”. En definitiva, TheBoys, los chicos, es uno de esos tebeos adultos imprescindibles por su irreverente humor negro y su gamberra crítica social.