El poder de la manipulación.
Lorraine Levy, es la encargada de dirigir esta tragicomedia de origen francés «El doctor de la felicidad», cuyo título original es «Knock» y la podemos disfrutar en la gran pantalla desde el 25 de mayo.
Knock es un jugador y un timador por vicio; huyendo de una deuda, se enrola en el primer barco que zarpa fingiendo ser el médico. Allí descubre su vocación y decide estudiar la carrera de medicina.
Sin olvidar sus origenes y una vez habiendo terminado sus estudios, el destino lo lleva hasta un pequeño pueblo del sur de Francia, Saint-Maurice. Knock, conocedor de su habilidad verbal para persuadir y manipular, desarrolla un plan para enriquecerse a costa de los aldeanos. Cuando parece que todo va viento en popa, aparece una chica, se enamora y además tendrá que enfrentarse con alguien de su pasado.
El Doctor de la Felicidad es una adaptación de la obra del dramaturgo Jules Romains, pero esta vez, a modo de comedia. Una película suave y agradable de pasar, donde, como no y una vez más, el amor y el buen hacer entre las personas, nos llega a modo de mensaje.
Un dato curioso, es ver como Lorraine Levy introduce en el papel de médico de familia a un hombre negro, algo impensable en los años 50 y perfectamente interpretado por un carismático Omar Sy (Intocable).
El reparto está formado a parte de Omar Sy, por grandes actores del cine francés como: Ana Girardot (Le Beau Monde), Alex Lutz (Les femmes de l´ombre), entre otros.
Lo mejor: la gracia y la personalidad en que trabajan los actores, tanto los principales, como los secundarios. Y sabiendo la época, es admirable que en ningún momento del film se haga referencia al racismo, siendo el médico el único personaje negro de todo el largometraje.
Lo peor: Ver lo fácil que resulta que, en ocasiones, nos dejamos influenciar por mera palabrería.
Montse Delgado