Cuando hablamos de Kiefer Sutherland, casi sin pensar, nos viene a la cabeza el personaje de Jack Bauer en la serie «24», pero ahora visualizaremos a un Kiefer de 52 años, auténtico, cantautor, mostrándonos con su rasgada voz, lo mejor de si mismo en lo alto del escenario con su banda de country-rock.
La sala Bikini, acogió el pasado 17 de Junio a Kiefer Sutherland y su banda para presentarnos su último disco «Reckless & me».
En esta faceta casi desconocida por todos de Sutherland, lo que nos dice es que, la vida es demasiado corta para no hacer algo que amas, algo que nos dijo a los presentes al poco de empezar el concierto. Entre canción y canción daba las gracias repetidamente, casi incrédulo, a pesar de ser una sala pequeña y no haber llenado, luego contaba alguna anécdota. Todo muy natural.
Aparte de presentarnos su nuevo trabajo, hizo algunas versiones, aunque la más evidente fue la de «Knockin’on heaven’s door» cuando explicó que su padre llevó una cinta de Dylan en el coche durante una década. Personalmente eché de menos que pusiera en escena Not Enough Whiskey, un tema del anterior disco.
Finalmente lo que vemos durante todo el concierto es, la metamorfosis de actor a cantautor poeta y vaquero.
Lo mejor: La sensación de haber asistido a un evento familiar del profundo oeste, donde no falta la música, la cerveza y el buen rollo
Lo peor: Absolutamente nada que decir.
Monte Delgado
