Con la crisis del cine causada por la pandemia, comedias españolas como Operación Camarón (2021) o Donde caben dos (2021) ponen su granito de arena buscando el retorno a las salas. Esta última es la propuesta de Paco Caballero donde presenta un gran elenco de actores y actrices como hacía ya en su trabajo televisivo Citas. Desde Ernesto Alterio hasta Raúl Arévalo, pasando por Luis Callejo, Anna Castillo, Álvaro Cervantes, Verónica Echegui, María León o Miki Esparbé, y con Ana Milán como maestra de ceremonias. Todos ellos forman el mosaico de parejas que buscan y encuentran sus deseos y obsesiones sexuales a través de la visita a un club de intercambio llamado Club Paradiso. Siempre bajo el tono de la comedia, las situaciones y dichos encuentros serán de lo más variado y colorido, el problema es que este color de comedia ya está más que visto. Donde caben dos podría estar, mejor dicho, está en el (digno) grupo de otras comedias de otras décadas, por ejemplo la de los 90, como ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo? (1993) y El amor perjudica seriamente la salud (1996), ambas de Manuel Gómez Pereira, o Todos los hombres sois iguales (1994) y ¿De qué se ríen las mujeres? (1997) de Joaquín Oristrell también las dos. Ahora el título no lo tenemos tan largo como esa moda de la comedia noventera, pero la fórmula y su resultado es prácticamente idéntico, y ya no por su mera semejanza sino porque, de no constar ser del año 2020, podría ubicarse en esa década (incluso antes).
Como comedia desenfadada y (mojigatamente) provocativa, Donde caben dos funciona pero, seguramente al convivir con nuevas redes sociales como Tiktok entre otras, deja esas inquietudes sexuales y dilemas morales de sus personajes más que anticuados. Ni que decir tiene que el público al que va dirigido es poco menos que cuarentón, pero de igual modo que ocurría con Sentimental (2020) de Cesc Gay, resulta un tanto mojigato cuestionarse temas sexuales como el intercambio de parejas o el casual sexo entre primos tal que anatema en pleno siglo XXI. También debo destacar ―y sin spoiler― que las frasecitas finales a modo de conclusión de la maestra de ceremonias, en plan Carlos Sobera de First Dates, son de vergüenza ajena. Pero quien acaba resolviendo son los actores: quien quiera disfrutar con Miki Esparbé haciendo de Cary Grant, Raúl Arévalo de Pepe Sacristán, o Ernesto Alterio del eterno amigo casado Ernesto Alterio que cena en tu casa, que vaya a verla.