Alberto Tarín, nacido en Valencia, lleva más de tres décadas inmerso en el mundo de la música. Su paso por Seguridad Social marcó no tan solo una etapa de la vida, sino qué con canciones cómo «Quiero tener tu presencia» que se ha reproducido en todas las radios de diferentes países, sigue estando en pleno auge hoy en día.
Bazar Show Magazine ha tenido el honor de entrevistar a este gran músico para presentarnos su nuevo disco «Lovers Room» y también para profundizar un poco en la personalidad del propio Alberto.
Háblanos un poco de Lovers Room.
Lovers Room es un viaje personal que hago a través del amor entendido como relación de pareja, porque el amor es un concepto muy amplio, por supuesto, y por eso se llama Lovers Room, la habitación de los amantes. Entonces he compuesto una serie de canciones con el trasfondo de la relación entre personas, un disco más pasional, más romántico, más comprometido… basado en algunas vivencias personales y otras que he experimentado a través de personas cercanas a ti. Pero es un viaje personal y musical porque mi vida se puede resumir en, la primera etapa musical de mi vida es puro rock, a la vez que compaginaba mi paso por Seguridad Social con música para documentales, anuncios, películas… en el fondo soy una persona muy versátil a la hora de trabajar. Mi segunda etapa es una fuerte relación con la música jamaicana, al reggae mezclándolo con el jazz, creando así un ambiente armónico del jazz a la vez que del concepto y el ritmo del reggae. Bueno, y después de cerrar esta segunda etapa de reggae/jazz decía qué, mi música no era solo rock o jazz, que había otro tipo de sobriedad entre el soul, el blues… y a mí, me ha llamado mucho la música afroamericana, de hecho, aunque yo he nacido en Valencia y me he criado aquí, voy mucho a Estados Unidos musicalmente, porque mi cultura musical es muy americana aunque sin descartar mis raíces, porque me gusta mucho la música brasileña y la rumba me encanta, de hecho estoy componiendo una rumba.
El caso está en que yo quería sacar mi maleta de ritmos, de soul, de blues, de jazz… como hacía por ejemplo Steve Wonder, que lo mismo te sacaba un reggae a un funky y juntar un puñado de canciones para explicar mi visión sobre el amor, las relaciones de pareja… y poder hacerlo todo desde el corazón, con mucha verdad. El objetivo es que las canciones entren fácil para que las sientas y que formen parte de tu vida.
¿Quién ha sido tu fuente de inspiración en la música?
Realmente la misma música. Me haces esta pregunta y yo recuerdo cuando era pequeño, viendo un video en la televisión a Louis Amstrong, cuando éramos pequeños ponían aquellas películas en blanco y negro y salía Louis Amstrong tocando la trompeta y cantando y yo decía «¿y esto?» ya me atraía su música. Y cuando empecé con la guitarra, descubrí en la música un contenido muy espiritual, si la música tiene alma, se puede llegar a considerar una fuente de sanación.
¿Cómo definirías tu vida hasta este momento?
Pues hasta este momento puedo decir que la vida me ha sonreído, porque llevo treinta años como profesional de la música y ese, era mi principal objetivo cuando descubrí la música, y cuando pude ser intérprete y expresarla, eso me cambió la vida, aunque estudié la carrera de psicología, la pasión por la música fue más fuerte. Cuando cojo la guitarra y canto, esto es lo que soy y lo que me ha dado la vida.
¿Qué alimento no puede faltar en tu nevera?
Fácil, la piña. Porque me gusta mucho.
¿Qué es lo mejor que te ha pasado en lo alto de un escenario?
Pues recuerdo que una vez en una gira haciendo de Brian May con canciones de Queen, que reconozco qué no soy demasiado fan de Queen, pero bueno, era trabajo, y recuerdo en concreto un día en Bilbao, en un teatro qué toqué el cielo con una nota de guitarra y vamos, todo el teatro se venía abajo. Ese momento lo recuerdo con mucho cariño.
¿Y lo peor?
Lo peor de todo fue, estar tocando en Tarragona con Seguridad Social y de repente sentir un impacto en el tobillo y es que alguna persona desde algún lado, lanzó una piedra bastante grande al escenario impactando en mi tobillo sin entender lo que me había pasado al sentir un golpe tan fuerte. Eso es lo peor que me ha pasado en lo alto de un escenario, recibir una pedrada.
¿Qué extrañas de tu niñez?
Pues se extraña el poderío físico, la elasticidad, la resistencia, la velocidad… (Risas). Eso es lo que extraño más, claro a nivel mental, nada, pero a nivel físico… no es lo mismo.
¿Cuál sería el título de un libro que hablara sobre ti?
Pues yo creo que sería… «Lo dio todo», porque la verdad yo considero que con este nuevo disco yo me he vaciado, a nivel musical, a nivel arreglos, a nivel cariño, a nivel músicos… lo he puesto todo, lo he dado todo. Por lo tanto y así a voz de pronto, «Lo dio todo» es un buen título.
Todos hemos cometido alguna locura a lo largo de nuestra vida ¿cuál ha sido la tuya?
(Alberto se queda deliberando un instante y nos responde).
¡Uf! Eso son cosas difíciles de responder. No sé, recuerdo a lo mejor cuando éramos adolescentes y nos juntábamos varios amigos y robábamos libros en las librerías y así leía muchos libros, fue una costumbre que se estableció e íbamos en manada. Eso duró poco, pero siempre lo recuerdo como una verdadera locura. Es que me has hecho una pregunta… (Risas)
(Evidentemente, Alberto ha tenido la precaución de revelarnos tan solo una locura confesable).
¿Qué cualidades aprecias más de las personas?
Lo que más aprecio de las personas lo tengo clarísimo, la rectitud con el tema de los valores, la honestidad, la sinceridad y lo que no puedo soportar es cuando me engañan ¿sabes? Porque mentiras hay de muchos tipos y yo no quiero caer como una persona solo de blanco o negro. Pero si que la falta de respeto y el abuso no lo tolero. De hecho hay una canción en mi disco que habla de eso, de que nadie puede hacerte sentir inferior si tú no lo permites. Nadie es perfecto, pero hay que buscar el equilibrio. Cuando ves a una persona con un lenguaje corporal tranquilo, que transmite calma y paz, esas personas son las que más aprecio y lo que más aprecio de ellas.
El tema del bullying me preocupa mucho, por eso aprecio a las personas que son contrarias a ello.
¿Cuál es la lección más importante que has aprendido de la vida?
La lección más importante de la vida que he aprendido es que tú no puedes forzar las cosas, tú no puedes forzar las canciones, tú no puedes forzar las relaciones, tú no puedes forzar… nada, sencillamente tienes qué dejar que las cosas se desarrollen.
Y con esta lección, finalizamos nuestra entrevista a Alberto Tarín, gran músico, gran artista y sobre todo, una gran persona que no solo nos deleita con su música si no que también lo hace con su gran personalidad y sinceridad.
Desde Bazar Show Magazine, le deseamos el mayor de los éxitos con Lovers Room, esa habitación de los amantes que nos habla de… Amor.