Que nadie se equivoque: por su título y su tema del extrarradio, esta opera prima de Carol Rodríguez Colás no es parte de aquella estela de plurales que crearon José Corbacho y Juan Cruz tales como Tapas, Cobardes, Pelotas o Palomitas. Aun así Chavalas parte casi del mismo universo: Marta es de Cornellà, pero se fue a Barcelona a estudiar Audiovisuales, de sus amigas de siempre tiene un buen recuerdo, aunque tambien una perspectiva un tanto clasista de lo que es salir de casa a por el éxito profesional y el quedarse en casa como parte del extrarradio. Ahora, ese duro mundo laboral le obliga a moverse y decidir cómo gestionar la vuelta a casa.
El conflicto de Chavalas está en la dicotomía de esos dos mundos que Marta no tiene. Y no es que no sepa en cuál quedarse, es que tal vez no sabe dónde ubicarlos. Tal vez peque de cierta soberbia al querer cambiar el mundo queriendo en realidad controlar su propia vida. El resto de los personajes, como las fotografías que Marta hará de ellas, sí sabe dónde está, qué es, cuál es su naturaleza. Sus amigas de siempre, sus “chavalas”, fuman porros, beben tequila, no tienen miedo a los chicos y bailan cuando les apetece. Son aquellos personajes secundarios que están ahí para calificar a Marta, para moverla, para empujarla. Ella en cambio parece encorsetada bajo su boina francesa, tan rarita y vegana como la tortuga a la que su padre alimenta con gazpacho a diario. Este fantástico trío de inseparables recuerda un poco a aquel otro grupo de El indomable Will Hunting (1997), donde otro personaje (un Matt Damon más empanao que Marta), por otras razones, no encuentra su sitio ni con su futuro ni con su pasado. Allí también tiene sus amigos y sus raíces, y como ella, tendrá que descartar uno de los dos para seguir con su ciclo vital.
Destaca formidablemente el trabajo de interpretación colectiva y dirección de actores, en este caso de actrices. Además de Vicky Luengo, a quien ya vimos en la notable Antidisturbios (2020), las tres chavalas amigas y el retrato que ofrecen es una maravilla: Carolina Yuste, Elisabet Casanovas y Ángela Cervantes. Tal y como dice uno de los personajes al ver la imagen de ellas tres al final: “es tu mejor foto”. Y es verdad, es lo mejor de la película, no hace falta más para enmarcar dónde se encuentra Marta: la química que aportan estas tres jóvenes actrices y lo bien dirigidas que están es el noventa por ciento de la historia. Tal y como se premió en Cannes al elenco de mujeres de Almodóvar de Volver (2006), debería hacerse lo mismo o más para con estas actrices. Si Sabina dijo aquello de “yo quiero ser una chica Almodóvar”, reivindiquemos ahora el ser una “chavala” Rodríguez Colás.