Después de estar “sin tiempo para morir” como un 00 con “licencia para disfrutar” y el entregado Daniel Craig, ahora nos llega la otra variante de espías de cine, la de los silencios, los infiltrados, los micrófonos, los de la Guerra Fría, vaya. En la tensa década de los 60 y en los tiempos de la crisis atómica de Bahía de Cochinos, el alto oficial del Kremlin, Oleg Penkovsky (Merab Ninidze), pasa información secreta al bando occidental. La CIA y el MI6 decide enviar como homólogo al bueno de Greville Wynne (Benedict Cumberbatch), un civil que no acusaría grandes sospechas. A partir de aquí ya tenemos el tablero de peli de espías sobre el que los micrófonos escondidos y los encuentros secretos trufarán el género.
Al parecer este era un proyecto olisqueado de hace tiempo por varios productores y directores, ya que el personaje y la historia es jugosa cinematográficamente. Es, además un papel de esos que casi cualquier actor británico bordaría, empezando por Daniel Day Lewis. Bennedict Cumberbach no es para nada su marca blanca ni un actor británico cualquiera, es uno de los grandes y aquí lo vuelve a demostrar.
El espía inglés es de esas historias loables acerca de la amistad, pero no llega a emocionar. Estaría en el saco de El buen pastor de Robert De Niro, Trece días de Roger Donaldson, y por supuesto El puente de los espías del maestro Spielberg (pero sin su mano, claro), incluso hay una referencia al Shutter Island de Scorsese con el tema del tabaco y la conspiranoia de esos tiempos. Es cierto que, como les ocurre a otras historias (recuerdo Argo, por ejemplo) es de esas que de no ser por basarse en hechos reales, perderían la mitad de su poderío, incluso serían imposibles. No es una cinta redonda, ya que hay veces que cojea, como el bloque central de las persecuciones, pero aunque a los amantes del género les funcionará perfectamente. El único pero que le pondría es el título: el original The courier sería literalmente “El mensajero”, aunque yo propondría tal vez “El espía ruso” ya que, el prota y quien emociona… bueno, mejor verla que esto va de espías y silencios en la Guerra Fría.
