Macy Gray pasó por el Festival Mil.lenni.

Crónica por Sara Martínez

El pasado sábado 15 de octubre, la Sala Apolo acogió el concierto de Macy Gray  y su banda, The Jet California Club, en Barcelona dentro del Festival Mil·leni y de la gira europea de la cantante. En él, la artista compartió cuatro de las tracks de su último disco, titulado de Reset, aunque estuvo más centrada en el resto de su trayectoria musical, que abarca once discos en total.

Macy Gray, de quien se ha dicho que podría ser el relevo de grandes estrellas de soul-jazz, quiso darnos la bienvenida con un tema prácticamente escrito para ello, y abrió el concierto con Glad you’re here, sirviendo como punto de reencuentro con su público de Barcelona, a quienes no visitaba desde el año 2017. El inicio de la noche continuó con Caligula  y I’ve commited Murder, aunque estuvo marcado por una falta de garra y potencia que costó, por parte de la artista y la banda, soltar hasta que, con fuerza enlazaron con las dos de sus versiones más famosas, Fly me to the moon  y Nothing else matters, sacando Macy su lado más soul-jazz diva y sirvió como punto de encuentro con la mejor Gray en el trío Still-She ain’t right for you-Sweet Baby, ésa que entona con voz rota y desgarradora, pero a la vez sumamente armoniosa, fina y dulce, inundando la sala con contagiosos ritmos reggae y buena onda, con una banda también cada vez más cómoda con el público, tras haberse mantenido vergonzosa y distante al inicio. Gracias a esta soltura, continuaron con Witness  y Every night, donde el teclista rapeó los primeros versos y acompañó a Macy en todo el tema, junto con un público cada vez más animado. Tras este tema, la cantante desapareció hacia el camerino y dejó a la banda y el público con un DJ set un tanto alejado de la atmósfera que se había creado en la Sala, pero sirvió también para dar protagonismo a los componentes de The Jet California Club.

La artista volvió con un vestido largo con estampado de pata de gallo y unas plumas a los hombros para llevarnos al final de la velada, interpretando Do something y alentando al público a acompañarla en los coros, casi la mejor parte de la noche. Como defensora de la música disco, continuó con Disco song, de su nuevo álbum y una versión de Do ya think I’m sexy? y Sexual Revolution. Pero, sin duda el momento de éxtasis del show llegó con las primeras palabras de I try, que el público voceó apasionadamente, únicamente acompañados por el batería. El despliegue de la cantante y la banda con este tema advirtió la despedida de Macy, una despedida tan intensa y cálida que nos hizo olvidar ese ápice de desgana inicial, pero sin poder evitar desear una actuación más completa desde el inicio. A pesar de ello, es innegable que la Sala disfrutó de una gran noche y de una ecléctica y poderosa artista.

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