Tal y como lo denominaron en la prensa inglesa fue «the largest burglary in English legal history», es decir, el mayor robo llevado a cabo en la historia de Inglaterra. Nos hallamos ante un hecho real que ocurrió en la Semana Santa de 2015, un atraco a la compañía de depósitos londinense Hatton Garden Safe Deposit, por un grupo de antiguos delincuentes jubilados que se hicieron pasar por operarios de mantenimiento.
Este largometraje dirigido por James Marsh es una tragicomedia con un reparto de lujo: Empezando por el siempre brillante Michael Cane hasta Tom Courtenay, gran actor inglés, cuya filmografía se extiende de los años sesenta hasta la actualidad.
Desde el primer minuto, Marsh nos adentra bajo un ritmo trepidante de brillante banda sonora setentera a recordar los años de bonanza de estos ladrones jubilados: imágenes típicas de la época, ritmos funk y soul y cortes rápidos de plano al beat.
Una vez inmersos en la película, empezamos a conocer a los protagonistas con el siempre genial y ácido humor inglés, que nos hará reír a carcajadas. No podemos olvidar que es un robo llevado a cabo mediante un grupo, que como media, rondan los setenta años, por tanto, en medio de la operación necesitarán su medicación para poder paliar los achaques de la edad. Este tipo de curiosidades hace que sea inevitable sacar una carcajada ante momentos surrealistas en medio de un robo de tales características.
La única pega que podemos encontrar es la pérdida de fuerza durante el largometraje. Empieza de una forma tan poderosa, que el director no es capaz de mantener un ritmo tan alto, en consecuencia, la película a medida que va avanzando va perdiendo fuelle y es una pena. Igualmente, merece muchísimo la pena verla.
Lo mejor: El reparto y ese maravilloso humor inglés
Lo peor: La pérdida de ritmo a medida que avanza la película
Haizea Etxebarria Compes
