Ara Malikian nos ofreció un repertorio de su último doble álbum Royal Garage el pasado 5 de octubre en el Palau Sant Jordi.
Nacido en el seno de una familia armenia, empezó desde muy temprana edad a tocar el violín de la mano de su padre y, a pesar de los difíciles momentos que le tocó vivir durante la guerra civil libanesa, Ara Malikian dio su primer concierto a la edad de doce años.
Tenía especial ilusión en poder asistir al concierto de Ara Malikian y a pesar de no haber hecho pleno, desfortunadamente, ataviado con unos pantalones plateados, brillantes y un chaleco de tres cuartos Ara nos dejó a todos estupefactos.
No tan sólo es un gran violinista, sino que además es un gran showman.
Entre pieza y pieza, nos deleitaba con una “historieta”, como él lo llamaba, de toda una serie de vicisitudes que le habían sucedido a lo largo de su trayectoria musical, con humildad, a modo de humor. Sin embargo, si prestas verdadera atención a todo lo que te cuenta, detrás de ese porte cómico y de esas palabras, descubres que realmente no ha le sido todo tan fácil, si no hubiera sido por su constancia y su persistencia tal y como nos informó, ensayando hasta doce horas diarias durante treinta años y si prestas atención a su música en cada pieza denota calma y consternación a la vez.
No hizo falta un gran escenario, ni demasiados cachivaches, Ara, acompañado por ocho grandes músicos, su violín y el amor que le pone a cada nota interpretó piezas como Concerto Grosso, Pisando Flores, Las milongas de Kairo y Loucine entre otras, además de versionar algún que otro gran éxito como en el caso de Sweet child of mine de Gun’s and Roses.
Una de sus características son sus saltos a la hora de pasar del trance a la euforia y es que Ara Malikian, a sus cincuenta y un años recién cumplidos aún tiene mucho que darnos y nosotros por recibir.
Fue un concierto que, para los que ya le conocemos, espectacular y, para los que se iniciaron por primera vez con Ara, estoy segura que a partir de ahora sentirán curiosidad por saber más de él.
A título personal diría que todo el mundo debería ver al menos una vez en directo a Ara Malikian y sentir su música.
Montse Delgado