Sinopsis:
Daniel sale de la cárcel donde lleva largos años encerrado y regresa a Marsella. Sylvie, su ex mujer, le ha dicho que es abuelo; Mathilda, la hija de ambos, acaba de dar a luz a la pequeña Gloria. Todo ha quedado atrás, cada uno ha rehecho su vida… Al ir a conocer a la niña, Daniel descubre una familia reconstruida que lucha con todas sus fuerzas para no hundirse. Pero la mala suerte hace que se rompa el precario equilibrio. Daniel, que ya no tiene nada que perder, decide intentar lo que sea para ayudarles.
Otro claro ejemplo del esfuerzo que requiere sacar adelante una familia cuando perteneces a una clase social tirando a baja, a la vez que el guión no te cuenta nada nuevo. Otro ejemplo de la película es que también te demuestra la poca empatía por parte de algunos familiares y la poca vergüenza. Aunque, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, o eso dicen.
No hay excusas posibles cuando, la trama es pobre y algo repetitiva y, a pesar de no ser una película de gran duración, se te puede hacer eterna. Un largometraje que bien podría estar sacado de la vida de cualquiera que haya decidir abrir una tienda en una callejuela de bajos fondos de la ciudad.
De hecho, no le doy más de cuatro estrellas.
Reparto: Gerard Meylan, Robinson Stévenin, Anaïs Demoustier, Jean–Pierre Darroussin, Lola Naymark, Grégoire Leprince-Ringuet, Angelica Sarre, Ariane Ascaride, Pauline Caupenne, Yann Tregoüet…
Lo mejor: Para ser políticamente correcta diré que en el fondo es un tema que, directa o indirectamente nos afecta a todos.
Lo peor: Creo que en la crítica ya lo he dicho todo.
Montse Delgado