LOLA MARSH publican hoy ‘Someday Tomorrow Maybe’, su flamante segundo álbum, que presentarán en marzo en Madrid y Barcelona

Se supone que los segundos álbumes son los más difíciles para una banda, pero no lo ha sido para Lola Marsh, el dúo israelí de indie-pop formado por la cantante Yael Shoshanna Cohen y el multi instrumentalista Gil LandauSomeday Tomorrow Maybe es el resultado de un proceso de creación que les ha resultado más fácil y fluido. Una colección de 12 nuevas y hermosas «canciones llenas de ganchos convincentes«. «Suena más centrado«, dice Cohen, y Landau está de acuerdo: «el sonido y las melodías son más coherentes«.

El motivo hay que buscarlo en unos tempos más cortos. El primer álbum de la banda, Remember Roses, fue producto de casi cinco años de trabajo: de escribir y grabar canciones, pero también al nivel más básico, de conocerse y desarrollar comodidad y confianza. Por el contrario, la pareja pasó solo tres meses escribiendo canciones para Someday Tomorrow Maybe. Trabajaron rápidamente no porque tenían prisa, sino porque no había necesidad de pasar tanto tiempo buscando un sonido. Cohen Landau ya se habían encontrado y concentrado en lo que querían.

¿Y qué es Lola Marsh? Según Cohen, es «romanticismo, nostalgia y un poco de cinemática«. The New York Times está de acuerdo, después de haber alabado a la banda por su «música cinematográfica y dramática llena de encanto retro y reverberación«. Está ahí: en las urgentes guitarras surf y el en ritmo de aplauso enmarcando su vasta voz en ‘Echoes‘, el elegante y sexy primer sencillo de Someday Tomorrow Maybe; o en la melodía que Cohen canta sobre la percusión resonante, sonora y espaciosa en ‘Give Me Some Time‘.

Lola Marsh equilibran el énfasis con melodías más tranquilas e íntimas: Landau canta en un susurro fantasmal detrás de la voz principal tenue de Cohen, y la pareja canta armonías cercanas y tranquilas sobre una simple guitarra acústica en ‘Strangers On The Subway‘, que no habría sonado fuera de lugar en un club de folk de Greenwich Village alrededor de 1963.

En todo momento las canciones son elegantes y sugerentes, combinando sensibilidad vintage con toques modernos. «Una de las cosas más importantes para nosotros cuando escribimos es hacer que estas melodías suenen atemporales. Como si ya las hubieras escuchado antes, pero nueva«, señala Cohen.

25 de marzo – MADRID – Café Berlín

6 de marzo – BARCELONA – Razzmatazz 3

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