Sinopsis:
En un intento desesperado por alcanzar Europa y agazapados ante una pista de aterrizaje en Camerún, Adú de seis años y su hermana mayor esperan para colarse en las bodegas de un avión. No demasiado lejos, un activista medioambiental contempla la terrible imagen de un elefante, muerto y sin colmillos. No solo tiene que luchar contra la caza furtiva, sino que también tendrá que reencontrarse con los problemas de su hija recién llegada de España. Miles de kilómetros al norte, en Melilla, un grupo de guardias civiles se prepara para enfrentarse a la furibunda muchedumbre de subsaharianos que ha iniciado el asalto a la valla.
Tres historias unidas por un tema central, en las que ninguno de sus protagonistas sabe que sus destinos están condenados a cruzarse y que sus vidas ya no volverán a ser las mismas.
Tengo que reconocer que no fue mucho de mi agrado, ya que no me ha aportado ni profundizado en nada que ya no supiera. La magia de esta película está en el entorno del rodaje, Camerún, Benin, y vale mucho la pena apreciar el mimo y el cuidado con la que ha estado realizada. También se puede destacar la interpretación de los jóvenes principiantes como actores, Moustapha Oumarou y Zayiddiya Dissou.
Somos conscientes de que la migración africana es un problema y de que el tráfico de marfil sigue matando elefantes y que la valla es otro gran problema. Con Adú, puede pasar dos cosas, que te guste o no. Ahí lo dejo.
Reparto: Luís Tosar (Quien a hierro mata), Anna Castillo (La llamada), Álvaro Cervantes (Brigada Costa del Sol), Jesús Carroza (Buscando el norte), Miquel Fernández (Litus), Nora Navas (Dolor y Gloria), Ana Wagener (Durante la tormenta), Moustapha Oumarou, Zayiddiya Dissou.
Lo mejor: Ver en la gran pantalla el África más profunda.
Lo peor: No aporta nada nuevo.
Montse Delgado