El salto al escenario de la Sala Apolo el pasado sábado de Fat White Family sonó a Auto Neutron, tema inicial del primer disco de la banda –Champagne Holocaust-, lanzado seis años atrás. Un acierto para hacer que entre el público comenzáramos a entonar el estribillo. Acogimos las primeras melodías que, a pesar de ser interpretadas con calma por un septeto algo agotado, tardaron poco en convertirse en los brillantes, excéntricos y explosivos acordes que estábamos esperan, reivindicando su autodescripción; sensacionales, profundos y locos.
En el último concierto de la gira por España, Fat White Family estuvieron acompañados de una banda local y emergente, los Diamante Negro -y su primer sencillo, Mercurio Retrógrado-, que nos dejaron para dar paso a los compañeros británicos. El líder Lias Saoudi y sus compañeros, uno de ellos recientemente reincorporado, el también former de Insecure Men, Saul Adamczewski. La presentación del álbum estuvo a la altura del LP en si mismo, aunque de forma inevitable y comprensible pudiéramos ver a los músicos un tanto agotados, que nos regalaban sus últimas dosis de desenfreno, locura y ruido en este concierto de cierre del disco grabado grabado lejos del bullicio, el rock and roll y la esquizofrenia que caracteriza la escena musical londinense.
Cuando llegaron a Fringe Runner, ya del nuevo lanzamiento y ya presentado Serfs Up! nos envolvieron en el sonido electrónico que ha caracterizado este último álbum, el más bailable de la banda. Agitados, continuamos presenciado los movimientos de Lias Saoudi y la gran variedad de recursos que poseen los miembros de la banda, que además de sintetizadores y pies fijos en los pedales incorporan distintos instrumentos de viento metal en sus sesiones en directo. Como testimonios, podemos dar fe del gran espectro musical por el que se mueven, influenciados por un sinfín de registros que han dejado pequeñas huellas en cada composición, así como un estilo personal muy marcado, sobre todo si se habla de Saul, miembro de Insecure Men y autor de I believe in something better y encargado de presentarla en Barcelona. Despuntaron con una de sus mejores canciones, y también primeras con reminiscencia new age, Touch the Leather, que para alargar el momento persuasivo e hipnótico de la noche encadenaron con Hits Hits Hits, Cream of the Young o When I live. Los británicos nos tuvieron bailando lento para luego llegar al momento más álgido, desenfrenado y anárquico de la noche, cuando sonó el popular single Feet, a poco de cerrar el concierto, nos quedó claro que lo que caracteriza este tour y este álbum es el sumo cuidado con el que ha sido escrito y compuesto.
El haber atravesado una profunda crisis personal ha recordado a los chicos de Fat White Family que los cuidados, la complicidad y la comprensión son importantes para que puedan salir conciertos tan bellos pero tan alocados y libres como el del sábado, que nos permitió ser a todos los integrantes del público, un poco como su música; poliédricos. Pero sin olvidar que el empuje que puede tener la unión y la fuerza como banda, supera cualquier obstáculo que a nivel individual puedan vivir sus integrantes.
El cierre con Whitest boy on the beach -reinventada para la ocasión- y unos minutos extra, nos dejó de pie en el escenario, con esperanzas de seguir viendo las luces apagadas para poder disfrutar de unos minutos extra. Pero teniendo en cuenta lo avanzado de la gira y lo maravilloso que fue el espectáculo, con una sonrisa aceptamos el final.
Sara Martínez